Según la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA), en su Resolución 315 de 2005, el Índice de Agua No Contabilizada (IANC) incluye pérdidas técnicas (rebosamiento o fuga en plantas y redes deterioradas) y pérdidas comerciales (uso sin medición real, usuarios no detectados, conexiones fraudulentas, y errores en medición o facturación).
ÍNDICE DE AGUA NO CONTABILIZADA
Fuente: Ing. Julián Cadena.
Según la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico[1] (CRA), en su Resolución 315 de 2005, el Índice de Agua No Contabilizada (IANC) define como pérdidas técnicas las que son ocasionadas en las plantas de tratamiento (rebosamiento o fuga de los tanques) y aquellas inherentes al sistema, originadas como consecuencia del deterioro de las redes, así como también las pérdidas comerciales originadas por usuarios que hacen uso del servicio, pero no tienen una medición real de las mismas, por usuarios no detectados o con conexiones fraudulentas, y por errores en medición y/o facturación (Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico, 2005).
En este sentido, las pérdidas en un sistema de acueducto se clasifican en dos grandes grupos: físicas y comerciales; estas últimas no se observan a simple vista y están relacionadas directamente con la gestión de la entidad prestadora del servicio, por lo que un índice elevado de IANC es indicador que afecta la calidad del servicio y compromete la sostenibilidad de la empresa por lo que reducir el IANC es un desafío de las empresas de servicios públicos de Agua Potable y Saneamiento Básico a nivel nacional.
El Índice de Agua No Contabilizada (IANC) incluye la pérdida técnica, la pérdida no-técnica y el consumo legal no-facturado. La suma de estos dos últimos componentes se constituye la denominada pérdida comercial. Para determinar el nivel de eficiencia de los prestadores con relación a las pérdidas de agua, es necesario clasificarlas adecuadamente y definir exactamente cuáles pérdidas están fuera del control del prestador y cuales son propias de la gestión de la empresa.
El cálculo del IANC resulta de aplicar la fórmula de la Figura 1.
Figura 1. Fórmula para calcular el IANC.
Fuente: Elaboración propia basado en la Res. de la CRA
El Índice de Agua No Contabilizada (IANC) es uno de los mayores problemas para las empresas prestadoras del servicio de abastecimiento, ya que la pérdida de agua es un obstáculo a la sostenibilidad generando impactos económicos, técnicos, sociales y ambientales.
Además, las pérdidas económicas son trasladadas a los usuarios, elevan los costos de suministro del líquido, dificultan la rentabilidad de la empresa y limitan las posibilidades de brindar mayor bienestar (Bueno Herrera, D., Monroy Ávila, E., & Zafra Mejía, C. A., 2020).
La reducción de pérdidas del valioso recurso del agua es uno de los aspectos determinantes en el proceso de modernización de las empresas encargadas de prestar el servicio de acueducto pues en el país ésta se derrocha como si fuera inagotable.
Datos recientes del Viceministerio de Agua y Saneamiento de Colombia muestran que entre mayor es el tamaño de las ciudades, hay más conciencia por parte de los usuarios (empresas y ciudadanos) con respecto a la necesidad de racionalizar las pérdidas del recurso hídrico.
Por el contrario, en los municipios de menor tamaño y población donde los índices de calidad de vida y las coberturas de abastecimiento son menores, la importancia decae (Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, 2020).
El IANC se puede generar por múltiples factores: por un lado están los aspectos inherentes al servicio de suministro como redes de acueducto obsoletas (con veinte o más años de servicio), daños en redes, aspectos comerciales por inadecuada instalación o daños en equipos de medición, por conexiones fraudulentas difíciles de detectar, por conexiones ilegales o asentamientos que tienen un tratamiento especial según el Decreto 1272 de 2017 de esquemas diferenciales (Minvivienda, 2017)
Los impactos económicos, técnicos, sociales y ambientales relacionados con el IANC, demuestran que las pérdidas de agua perjudican todos los aspectos de operación de un sistema de suministro de agua, afectando especialmente los costos que se recuperan vía tarifas. Al reducir la pérdida de agua se pueden generar recursos para ejecutar proyectos de infraestructura en beneficio de la comunidad. Así mismo, al implementar medidas para reducir el IANC se aporta al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible Nro. 6: Agua limpia y saneamiento para contribuir a garantizar el acceso universal al agua potable segura y asequible para todos en 2030 (ONU, 2021).
En este sentido es totalmente válido realizar un análisis desde la visión de sostenibilidad empresarial y la innovación como factores catalizadores que, junto con los planes de reducción de pérdidas, posibilitan la sostenibilidad empresarial como un objetivo estratégico de las organizaciones prestadoras del preciado líquido.
Para la investigación del IANC es necesario reconocer lo diferentes factores que influyen en él para identificar, calcular y hacer los esfuerzos necesarios para optimizar los procesos, técnicas y la tecnología que ayuden a un mejor aprovechamiento del agua, regular su control y consumo tanto para la viabilidad de la empresa prestadora del servicio de agua como para el medio ambiente; lo cual es crítico no sólo para la empresa sino también para objeto del desarrollo del país en búsqueda de una sostenibilidad ambiental (Areiza & Caraballo, 2019).
Con el fin de garantizar el desarrollo sostenible y la gestión del recurso hídrico de las actuales y futuras generaciones, la demanda regular del consumo de agua potable en los usuarios domésticos, el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio a través de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA), se vale de la Resolución 750 del 08 de febrero del 2016 para asignar los consumos básico, complementario y suntuario permitiendo garantizar la oferta de agua. En la actualidad resulta necesario un programa responsable como el ahorro y uso eficiente del agua potable, lo que bajo directrices permite la corrección de malos hábitos, así como la preservación del recurso hídrico para la optimización y la responsabilidad del cuidado del agua, como principio vital de vida. Así mismo “la promoción de prácticas que permitan favorecer la sostenibilidad de los ecosistemas y la reducción de la contaminación” (Piñeros Torres & Herrera Zárate, Ó. D, 2018).
Publicado por
María Elena Pacheco Valencia
Máster Gerencia de Proyectos de Desarrollo Sostenible. | Ingeniera Mecánica.
[1] La Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico–CRA – es una entidad de orden nacional creada mediante el artículo 69 de la Ley 142 de 1994, como Unidad Administrativa Especial con autonomía administrativa, técnica y patrimonial, regida por la Constitución Política y por la ley; sin personería jurídica, adscrita al Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio. Mediante el Decreto 1524 de 1994 le fueron delegadas las funciones, relativas al señalamiento de las políticas generales de administración y control de eficiencia de los servicios públicos domiciliarios, que el artículo 370 de la Constitución Política le encomienda al presidente de la República.